Gestión de obra

A veces rehabilitar no mola

A veces la gestión de obra se complica y necesita una hacer una parada para ver con perspectiva la situación.

«Zapatero a tus zapatos» dice el refranero popular más que español, clásico.

Años de experiencia no solo en la creación de materiales, sino en la pre-ocupación , que como bien dice la palabra, algo a lo que la escritora Eva Sandoval en su extraordinario libro #abracadabra, nos está habituando, no había más que la ocupación de entender la aplicación de los mismos, eso es lo que hace exactamente una diseñadora industrial, incluso en esos casos, la perspectiva es siempre una buena aliada.

Hay una gran distancia a veces irreconciliable entre crear producto / materiales y entender todo el flujo de la actividad de la aplicación, del mundo real de los «colocadores», «montadores», «aplicadores» , «alicatadores», «pavimentadores» … o porque no los «zapateros» de las bases constructivas reales de nuestras casas, los que reparan una suela necesaria para tener el contacto con la tierra que nos sostiene, y obvio no hablamos del gran grupo de constructores, promotoras, y grandes conglomerados económicos que han dado con su barita vida al escenario de nuestras ciudades, obvio tampoco hablamos de los prescriptores por naturaleza de esta disciplina; es decir arquitectos.

¿Qué ocurre pues con la laguna de quién realmente aplica los materiales?

Pues aún no lo sé, tras veinticinco años de trabajo en el sector he de reconocer que sigo buscando respuestas de porque una línea se ha parece ser desarrollado tanto y la otra se ha quedado en poco más que un trabajo residual con muy poca conexión entre ellas, aunque más que buscar lo que ahora intento es bajar al «ring»* metafóricamente y experimentar en primera persona esa actividad desde 0, un interesante número que lo engloba todo, no nada.

(*) El sustantivo cuadrilátero, que se emplea en boxeo para referirse al ‘espacio limitado por cuerdas donde tienen lugar los combates’, es preferible al anglicismo ring,y del germano arcaico hring, que significa redondo o circulo, nada que ver con un cuadrado.

Gestionar la aplicación desde la creación del material te da una perspectiva muy diferentes, no solo porque el precio de lo que se aplica no es tan solo, y digo humildemente tan solo, la mano de obra, sino especialmente lo que esta mano utiliza para hacer, construir y obvio cobrar lo que hace, lo que por tanto no puede ser algo ajeno y distante del mismo, pero lo és.

Este no es un blog de certezas sino de la búsqueda del conocimiento, de recuperar todo lo vivido para vivir mejor, y seguiré experimentando y compartiendo experiencias desde la sensibilidad y la feminidad de una profesión muy ausente de dichos valores.